La nueva campaña de cereales de invierno está a la vuelta de la esquina. Sin embargo, los elevados costes están generando numerosas dudas entre los agricultores a la hora de afrontar la próxima siembra, por lo que deben valorar las distintas estrategias.
Así lo informaba recientemente Agroinformación en un artículo, diferenciando entre el regadío y el secano. En este último caso, plantea la posibilidad de que haya un trasvase de siembras de cereales hacia cultivos menos exigentes (colza, guisantes, veza o girasol). Ante la incertidumbre de depender del tiempo para sacar adelante una buena producción y con los precios de los insumos disparados –especialmente los de los abonos-, parece una de las líneas de acción más factibles.
En cuanto al regadío, es probable que se dé una importante disminución de la siembra de trigo de invierno, ya que actualmente el agricultor no se plantea invertir siendo que no tiene asegurado el riego. Situación que hay que enmarcarla en un contexto donde la UE ha flexibilizado para el próximo año las exigencias medioambientales de la PAC, excluyendo las rotaciones. Todo apunta a que esperará a primavera para tomar decisiones, una época en la que el trigo ya no será su prioridad, por lo que optará por el maíz, girasol o incluso, dejar parte de su explotación en barbecho. La elección dependerá de la disponibilidad del agua.
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